Neiva

¡Pervertidos a las afueras de la Surcolombiana!

Denuncian masturbación y acoso sexual a los alrededores de la USCO. Estudiantes dicen que la construcción del intercambiador vial ha agudizado el problema de inseguridad.

 La Comisión de Género y el Consejo Estudiantil de la Universidad Surcolombiana de Neiva, denuncian que varias estudiantes han sufrido, o por lo menos visto de cerca, a algunos hombres realizar actos que se consideran obscenos y de acoso sexual. Tocamientos indebidos y masturbación a los alrededores de la Institución de Educación Superior, prenden las alarmas.

 

Paula Andrea Sánchez Castañeda, representante del Consejo Superior Estudiantil de la USCO, e integrante de la Federación de Estudiantes Universitarios; denuncia que la construcción del intercambiador vial ha agudizado el problema de inseguridad a las afueras de la Universidad.  El cierre de la vía, la falta de alumbrado público y material de obra, se han vuelto cómplices de la delincuencia y la perversión sexual.

El caso más reciente se registró el pasado 10 de junio siendo las 5:10 de la tarde, cuando una joven universitaria se dirigía hacía su lugar de residencia en el barrio Las Granjas. Según denunció, un hombre de aproximadamente 28 años de edad; se bajó de una motocicleta, sacó su pene y empezó a masturbarse delante de ella, para luego agarrar su bolso y empezar a halarla.

“En mi desesperación y miedo, empecé a gritar y defenderme, así que el tipo empezó a correr y huyó entre todas las personas que venían por ese túnel, personas que a pesar de mis gritos, no hicieron nada”, expresó en redes sociales la joven.

Como este, son varios los casos que han sido expuestos ante La Comisión de Género y el Consejo Estudiantil de la Universidad; órganos colegiados que decidieron no seguir guardando silencio y denunciar esta problemática.

“Son muchas las quejas que llegan al grupo de Facebook y a la Secretaría de Derechos Humanos y Cultura de la Universidad. A pesar de que hay un CAI de la Policía en esta comuna, no se ve ni un auxiliar que haga presencia, y menos en la noche”, denunció Paula Andrea.

El “coqueteo” con palabras soeces e incómodas, miradas persecutorias y acosadoras, el “toqueteo” abusivo, impertinente e irrespetuoso, es el pan de cada día para las estudiantes de la USCO, quienes piden acciones concretas ante estas situaciones, que cada vez se hacen más visibles.

“No se puede entregar aún, una cifra de cuántas estudiantes han sido víctimas de acoso e intento de violación. Los casos son muchos y se han venido denunciando hace aproximadamente un año. La oscuridad, el material de obra y los huecos que se han hecho, han facilitado el acoso sexual a los alrededores de la Universidad”.

Aunque no se sabe con exactitud cuál es el tamaño del problema, el número de testimonios, a veces anónimos, sigue creciendo. “Salía de la Universidad, tipo 8:00 de la noche, cuando varios tipos en moto se me acercaron y empezaron a manosearme y me llevaron hacía el lote; uno de ellos paró y aproveché para salir corriendo y empezar a gritar”, relató una estudiante víctima de acoso.

El modus operandi del acoso sexual, utilizando en estos dos casos, parece seguir presentándose a las afueras de la Universidad. Pervertidos, llegan en moto o salen de la oscuridad, para masturbarse o manosear a las estudiantes, generando miedo en las jóvenes que deben transitar este sector para llegar a Cámbulos o Cándido.

Las cifras

La Fiscalía General de la Nación, ha expresado que de 4 denuncias que se presentaban en 2008, la cifra aumentó a 1.656 en 2017. Por otro lado, esta misma entidad ha manifestado que a 10 de enero de 2018, la cifra de casos por acoso era de 11098, de los cuales 6000 se encontraban inactivos.

Esta breve contextualización de la problemática de las mujeres en Colombia demanda la atención del Estado de forma inmediata. Frente a esto, se han implementado una serie de medidas para contrarrestar esta situación, tal es la promulgación de la Ley 1257 de 2008, en su artículo 29, agrega el artículo 210A por el cual se tipifica al acoso sexual como delito autónomo dentro del Código Penal, donde se incurre en pena de 1 a 3 años de prisión por cometer algún tipo de conducta donde se “persiga, hostigue o asedie física o verbalmente con fines sexuales no consentidos”.

Para Paula Andrea, la frecuencia de estos comportamientos es tal, que alguno de ellos están naturalizados y justificados, quitándole importancia a la agresión y en muchos casos, invirtiendo la carga hacia las mujeres, culpabilizándolas y motivándolas a reforzar sus estrategias de autoprotección.

Iniciativas

Conscientes que el acoso sexual callejero impide que las mujeres ejerzan plenamente sus derechos; La Comisión de Género y el Consejo Estudiantil de la Surcolombiana, harán cartografía, dentro y fuera del plantel educativo, que permita precisar con exactitud cuántos casos se han presentado.

“Como respuesta a este tipo de denuncias, se creó el correo electrónico acosocallejerousco@gmail, y la página de Facebook Las Callejeras,  donde estudiantes podrán denunciar estos hechos o hacer parte de esta iniciativa que pretende mitigar esta problemática”.

Por cada mujer que denuncia acoso sexual, otros cuatro casos se mantienen en silencio, según cifras de la Policía Nacional y Medicina Legal. Por ello, la importancia de esta iniciativa que pretende llevar un control (protegiendo la identidad de las víctimas), de los hechos que se presentan a los alrededores de la USCO.

Inseguridad

Al problema de acoso sexual a las afueras de la Surcolombiana, se suma la inseguridad en el sector. La falta de alumbrado público y el poco flujo de personas por el cierre de la vía, ha desatado una ola de robos que tiene desesperados a los estudiantes.

Paula Andrea, también denunció los casos de robo a mano armada que se presentan en el sector, sobre todo, en inmediaciones a un restaurante donde usualmente van los estudiantes. “Abordan a los chicos y también han llegado al local; se han robado computadores, celulares y billeteres”, dijo.

Ante este panorama, desde el Consejo Superior Estudiantil, se radicó en el mes de marzo, un oficio ante la Alcaldía y la Policía Metropolitana, exponiendo estos casos y pidiendo acompañamiento, pero infortunadamente, no se han tomado acciones contundentes que mitiguen estas denuncias. Lo que ha llevado a los estudiantes, a reunirse y planear acciones que llamen la atención de la Personería Municipal y el Sistema Estratégico de Transporte Público. Marchas y derechos de petición, se realizarían para preservar los derechos fundamentales a la vida, la circulación, y a la integridad personal.

Frenar el acoso sexual callejero reduciría la violencia sexual

No son solo los piropos, hay otras prácticas de violencia sexual que a diario sufren miles de mujeres en el Huila. Expresiones físicas inadecuadas como manoseos, abrazos, apretones, empujones, besos, seguimiento, persecusión o atropello con el cuerpo, son diferentes versiones del acoso callejero al que están expuestas. Un problema social que debe erradicarse cuanto antes.

Autoridades del Huila deben tomar acciones para enfrentar esta problemática; acciones que sean disuasivas para casos de violencia y que las denuncias se incrementen. Y es que las cifras así lo ameritan. Según el Instituto Nacional de Salud, en lo corrido del año 2017 – 2019, se han presentado 32.791 casos de violencia de género e intrafamiliar en Colombia. De los 32.791 casos reportados, el 52,6% (17.236 casos) corresponde a violencia física; el 21,8% (7.164 casos) a violencia sexual; el 7,2% (2.348 casos) a violencia psicológica. Y un 18,4% (6.043 casos) de negligencia y abandono.

Durante el periodo 2012 – 2018, se presentaron en el Huila (promedio histórico) 1179 casos; mientras que en lo corrido del 2019, se han notificado 1493.  El 53,8 corresponde a violencia física, el 10,2 a violencia psicológica, el 36,2 a negligencia y abandono, y el 23,0% a violencia sexual, para un total de 123,3 de violencia de género o intrafamiliar.

Según se puede apreciar en el boletín epidemiológico IV de 2019 del Instituto Nacional de Salud; el Huila supera en cifras, a departamentos como Atlántico (683 casos), Boyacá (91 casos) y Bolívar (652), ocupando el top 5 de las regiones donde más se presenta este flagelo.

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