Opinión

OPINIÓN | 500 años de la reforma.

EL 31 de octubre de 1517 el monje alemán Martin Lutero publicó las 95 tesis en el portal de la iglesia del castillo de Wittenberg, iniciando de esa manera un vigoroso movimiento transformador conocido como la Reforma protestante, cuyas consecuencias siguen vislumbrándose en el tiempo a pesar de haber transcurrido 500 años. Este movimiento causó un profundo cisma en la hasta entonces monolítica iglesia católica romana, no es que en su interior no se hubieran producido divisiones, sino que este movimiento protestante produjo para el poder romano la perdida de la mitad del territorio europeo con las consecuencias económicas que ello acarreo.

La reforma más allá de las consecuencias doctrinales que conllevó a la pérdida del poder de la iglesia como institución, la eliminación de las imágenes y de su veneración, reducción de los sacramentos, eliminación del poder de los sacerdotes pues ya no son intermediarios para la salvación puesto que esta se alcanza por medio de la fe personal y otros aspectos tuvo consecuencias de orden económico social y cultural que impactaron y transformaron el mundo.

En el orden geográfico toda la Europa del Norte acogió la reforma y allí surgió y se consolido el capitalismo. Los reformadores acogieron el principio de salvación acá en la tierra, el hombre debía demostrar que estaba predestinado a salvarse y no mediante las buenas obras o simplemente rezando, debía demostrarlo mediante el trabajo, este entonces se convirtió ya no es un castigo sino en una vocación, en una manera de agradar a Dios, el hombre trabaja, acumula riqueza. La reforma o el espíritu protestante no tienen que ver con el derroche, la ostentación, el lujo o los vicios, es un ideal ascético, de vida austera, de renuncia a los placeres terrenales, sensuales, de resistencia al dolor físico y de desarrollo de una virtud fundamental, la virtud del ahorro. De esa manera se produce en los países del norte de Europa el comienzo de la acumulación originaria de capital semilla del desarrollo de capitalismo en su primera etapa.

La reforma además incentivó lo que los reformadores llamaron el libre examen, con la difusión de la Biblia traducida a las lenguas nacionales, se produjo un vigoroso movimiento de lectura y crítica, que en consonancia con el surgimiento de la modernidad y el reconocimiento de la capacidad del hombre para verse en el mundo como responsable de su destino, pues se reconoce la capacidad crítica del hombre y su disposición a no aceptar todo por el simple hecho de la autoridad de quien lo proclama.

Moralmente la reforma proclama un ideal de vida ascético, este domina lo sentimental, el trabajo es un medio ascético y entonces lo moralmente condenable es el ocio, el derroche, los vicios, la lujuria, la concupiscencia, puesto que todo esto no alaba a Dios. Igualmente el crecimiento de la productividad auspicia el desarrollo dela profesión pues amplia el límite dela persona, promociona el hombre y ella se convierte en un guía de acción con criterios de orden científico.

Me haría interminable el seguir enumerando las consecuencias del movimiento protestante en todos los órdenes, no quiero olvidar el gran movimiento político que teniendo como guía los postulados de la reforma encabezó entre los campesinos alemanes Thomas Munzer, quien pretendía instaurar el reino de Dios en la tierra mediante una auténtica reforma agraria, repartir la tierra de los príncipes entre los campesinos, una verdadera revolución, obviamente esto no tuvo consecuencias, puesto que le reacción de los terratenientes fue simplemente brutal.

Y hay un hecho que quiero destacar, la reforma tuvo consecuencias determinantes respecto de la colonización de nuestro continente. América del Norte fue colonizada por reformadores expulsados de Inglaterra, llegaron a trabajar, no se mezclaron con los nativos, los destruyeron o los redujeron, pero su meta era trabajar, por ello desarrollaron su tarea alrededor de una granja y trabajando produjeron riqueza. Que diferencia con la colonización Hispano-portuguesa, los españoles y portugueses vinieron a enriquecerse sin trabajar, a robar las riquezas de los nativos porque tenían la creencia que podían comprar la salvación con el oro que arrebataran a los indígenas, creían que podían comprar con su riqueza indulgencias para salvar su alma que era precisamente uno de los principios contra los que se había revelado Martin Lutero, el negocio del salvación. Ahora esto nos sirve para comprender las diferencias entre las Américas, la del Norte desarrollada, prospera a partir de una colonización basada en el trabajo y las otras pobres y atrasadas desarrolladas a partir de una colonización que reniega del trabajo y que exalta el ocio improductivo.

Por: Jesús Armando Montañez.

Jesús Armando Montañez

Profesor de filosofía y ética, egresado de la Universidad Nacional de Colombia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este anuncio publicitario se cerrará en segundos.