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Opinión | ¿Por qué le van a entregar el país a las Farc?

Creo que ha sido una de las frases, mencionada varias veces por los promotores del NO, que ha generado inquietud entre algunas personas. Confieso que en mi caso, y en repetidas ocasiones, un miedo asfixiador se ha apoderado de los órganos más fríos de mi cuerpo; llevándome a reflexionar para lograr una postura aterrizada frente al plebiscito por la paz que busca dejar atrás medio Siglo de masacres, secuestros, desplazamiento forzado, y toda forma de violencia producto del conflicto armado entre las Farc y el Estado colombiano.

Para la Corte Penal Internacional, Human Rights Watch, y demás organismos internacionales, vigilantes de los derechos humanos en Colombia; tanto las Farc como el Estado tienen responsabilidad en miles de masacres cometidas a personas que nada tenían que ver con el conflicto armado.

Hago la analogía, porque ambos generan miedo —Farc y Estado—. Sin embargo, debo confesar que me aterra la idea de que “se le entregue el país —Estado— a las Farc”. Para ser sincero, prefiero seguir siendo gobernado por quienes tienen a Colombia como el sexto país más pobre de América Latina y aparentan un mínimo de democracia, y no por las Farc.

Ante mi preocupación, y creo que también es la de muchas personas; estimo pertinente analizar, de manera responsable, el contenido de la frase “le van entregar el país a las Farc”. Por lo anterior, voy a utilizar dos aspectos que considero son un referente argumentativo disiente, para entender el origen real de mi preocupación generada por esa afirmación.

El primero tiene que ver con entender qué es el Estado y quiénes lo integran. El segundo, analizar la razón del por qué la oposición colombiana no logra tomar nuevamente el control total del país, ya que cuentan con una amplia participación de sus integrantes en las tres Ramas del Poder Público; esto con el ánimo de poder identificar si el temor que invade mis órganos, cada vez que escucho la frase, “le van a entregar el país a las Farc”, es producto de mis descuidadas emociones, manejadas por alguien que conoce de mis miedos, o si sólo se trata de un acercamiento con la racionalidad.

Según la Constitución Política de 1991, Colombia es un Estado Social de Derecho, conformado, principalmente, por los tres poderes que todos conocemos: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En ese orden de ideas, para que la frase, de quienes se oponen al proceso de paz: “le van a entregar el país a las Farc” tenga un mínimo de crédito, creo que sería necesario que el grupo armado hubiera podido obtener, a través de lo pactado en La Habana, una amplia presencia de los miembros del secretariado en todas las Ramas del Público. Algo que no ocurrió. Sin duda alguna, quienes promueven el NO, no les quedará fácil explicar a sus electores, cómo las Farc tomarán el control del país por la vía política, cuando se les ha dejado por fuera del poder Ejecutivo y Judicial algo vital para ese propósito.

Está claro que entre las concesiones otorgadas al grupo guerrillero y para la fortuna de nuestra democracia, no se habla de la entrega de ministerios, alcaldías, gobernaciones, la Vicepresidencia, organismos de control, o presencia de guerrilleros en las altas cortes o cualquier entidad pública de corte judicial.

A través de la historia mundial, se ha podido conocer que algunos Gobiernos han tenido que ser generosos, políticamente hablando, con los grupos alzados en armas para poner fin a los conflictos de cada Nación.

Es importante conocer las concesiones, que a través del diálogo, lograron grupos insurgentes en algunos países del mundo para firmar un acuerdo de paz que les garantizara seguridad; y así dejar las armas, hacer política e incorporarse a la legalidad.

La guerra civil nepalesa, por ejemplo; llegó a su final en noviembre 2006, luego de una negociación entre el Gobierno y los guerrilleros maoístas, quienes obtuvieron las siguientes concesiones: ochenta y tres curules para hacer política y cinco ministerios.

En Angola, se logró la desmovilización de la UNITA, tras el tratado de paz con el Gobierno, quien le otorgó a la insurgencia setenta curules para hacer política, cuatro ministerios, siete viceministerios y siete embajadas.

Con sólo diez curules para que las Farc hagan política, se podría decir en el marco geopolítico del mundo, que Colombia es la Nación, que con el menor sacrificio político, logró poner fin a una guerra entre sus mismos connacionales.

El segundo aspecto lo podemos observar en el ejercicio político que actualmente se desarrolla en Colombia. El “Centro Democrático”, que de manera legítima, ejerce la oposición en Colombia, no ha podido recuperar el poder del Estado colombiano: aún contando, con una amplia representación de sus miembros en todas las ramas del poder público, respaldo de medios de comunicación, y representantes del poder privado.

En la actualidad, cuenta con treinta y nueve congresistas, alcaldes, un gobernador, presencia en la Procuraduría General de la Nación, magistrados en las altas cortes, jueces, fiscales, militares, empresarios y cuestionados hacendados de Antioquia y la Costa Caribe.

Como medios masivos de comunicación, que se identifican con su proyecto político, se puede mencionar a la Organización Ardila Lülle, propietaria del Canal RCN; y varias emisoras de radio. Además, Sistemas de información periodística como Cablenoticias, Red Más Noticias, el diario de circulación nacional El Colombiano y directores de algunos portales en internet, que no han tenido reparo alguno en demostrar de manera pública, —lo que es legítimo por tratarse de medios de comunicación de carácter privado—, su afinidad política con el partido del expresidente Álvaro Uribe Vélez, y principal promotor del NO al plebiscito por la paz.

El acuerdo de paz firmado en La Habana habla de participación política y detalla la llegada, de manera garantizada, de 10 miembros del nuevo partido político de las Farc al Congreso de la República durante un tiempo determinado. Aclarando que en adelante deberán hacer política de cara al ciudadano para garantizar su presencia en el Congreso.

Es verdad que las Farc tendrán presencia política y financiación del Estado colombiano, como sucede con los actuales partidos políticos que tienen personería jurídica. Sin embargo, afirmar que serán los nuevos dueños de esta “finca”, llamada Colombia, o que “se le va entregar el país a las Farc” es una afirmación, que a mi juicio, está despegada de la realidad.

Por: Diego A. Quintero
@HayQueJoderseNo

Diego A Quintero

Huilense. Comunicador Social de la Universidad Cooperativa de Colombia sede Neiva. Asesor para la realización de contenidos periodísticos empresariales. Experiencias como reportero, periodista y locutor en diferentes cadenas radiales. Sistema informativo AS Noticias de Huila Estéreo, Sistema informativo Voz a Voz de Cristalina Estéreo, Emisora del Ejército de Neiva, Organización Radial Olímpica en Neiva y Caracol Radio en Ibagué.

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