Opinión

Opinión | ¿Por qué la paz siendo tan buena, tiene tan bajo rating?

Preciso, no soy Santista ni Uribista.

En condiciones normales el acuerdo del fin de un conflicto armado entre un grupo al margen de la ley y el Estado (que somos todos), es viable e inexcusable, y es que este proceso que ya lleva unos buenos meses, ha tenido más tinte politiquero que social, ellos (hablando de los opositores), han intentado por todos los lados, bombardearlo con cifras desfasadas, haciendo sus propios balances, es así, que la próxima presidencia, depende en más de un 90% de estos resultados —claro, hay intereses malévolos de algunos equipos políticos por querer hacerse a un costado sin enjuiciar las dos orillas— como el partido del color de la “naturaleza”, imparciales y aprovechados, esperando al otro lado del charco haber que pasa, para luego si salir a dar sus propias conclusiones, y peor aún, algunos candidatos hoy “presidenciables” como los del “centro del país”, de esa cordillera que atraviesa la Nación tratando de dividirla, haciendo su fortín político denigrando y criticando sin fundamentos en muchas ocasiones, solo para ganar más adeptos. Otros, los del color de la sangre, que vaciaron el presupuesto del país en los últimos seis años y que hoy andan aislados porque ya los intereses cambiaron; y uno más, que siendo pre candidato del Gobierno, ya no tan radical, quien no opina ni a favor ni en contra, porque se convertiría en arma de doble filo —claro que con el reciente fallo del Consejo de Estado, ya anoche se puso en su camisa el símbolo de la paz— Pregunto yo ¿será que todas estas personas que apoyan hoy la guerra, prestarán mañana sus hijos para enfrentarla a muerte? quien sabe, porque como decía alguien por ahí en estos días, “cuando la guerra sea obligatoria para las clases altas del país, ese día ya no habrá guerra, y el fin del conflicto ya hubiera finiquitado hacía rato”.

Hoy sigo profesando y defendiendo la firma de los acuerdos, que el Estado no necesita el distractor de la guerra para seguir siendo protagonista, que el deporte, la salud y la educación requieren el dinero gastado en la beligerancia, que tenemos que voltear las miradas hacia el progreso, que hay mucho por hacer en infraestructura, en investigación, en los niños y la juventud, en fin, ente tantas acciones propias de la función pública; aunque no comparto el asesinato de soldados y población civil en los últimos días y también creyente que los guerrilleros más poderosos, deben pagar cárcel, que las víctimas deben ser receptores de la verdad y restituidas de la mejor forma, que la plata que tienen ellos (los guerrilleros) se debe recuperar e invertir en el progreso del país y muchas cosas más, para que esto, no se nos convierta en delincuencia de asfalto y se nos traslade a las urbes de las ciudades y municipios del país. Es así, señores dirigentes y seguidores de los partidos políticos, la paz, por donde la quieran ver, tiene más cosas buenas que malas y a aquellos guerrilleros que quieran una oportunidad —claro, los que quieran— hay que dársela (ya que algunos querrán seguir delinquiendo porque llevan en la sangre, una vida de malas costumbres).

Señores, es conveniente consultar fuentes serias y coherentes antes de hacer lo que el caudillo les indique; esta es una buena oportunidad para mejorar nuestras vidas. Hay otros problemas más grandes que la guerra, como el hambre sufrido en La Guajira por culpa de la corrupción y no le “paramos bolas” por dedicarle tiempo a intentar destruir el actual proceso, por esto y mucho más, el fin del conflicto con este grupo al margen de la ley, tenemos todos que apoyarlo. En conclusión, a nosotros nos interesa más la politiquería que las muertes de la guerra, vivimos pensando más en el próximo pago de familias en acción, que en producir y para la Patria las víctimas del conflicto no son sino un grupo de “trompos para quiñes”. Tristemente somos un país amnésico, que solo nos acordamos y solo actuamos de acuerdo a nuestras conveniencias y no a nuestros ideales.

Como reflexión les dejo, ¿somos y actuamos como muertos vivientes detrás de los malos líderes?, y como recomendación, los exhorto para que nos volvamos autocríticos y le apostemos amigo lector, a contribuir para que el proceso de paz mejore su “rating”.

Por: Julián Perdomo Cabrera
@colproyectosmga

Julián Perdomo Cabrera

Administrador de empresas. Aspirante a especialista en contratación estatal y negocios jurídicos de la administración. Tecnólogo profesional en formulación de proyectos. Asesor de proyectos experto en inversión pública. Auditor interno del instituto latinoamericano de la calidad. Diplomado en gestión pública. Diplomado en contratación del estado. Diplomado en sistemas de gestión integrado y modelos de excelencia. Diplomado en derecho administrativo. Diplomado en presupuesto y hacienda pública.

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