Opinión | “¿Señor alcalde y del empleo en Neiva qué?”
El desempleo, o mejor, el empleo y la vivienda siempre han sido, son y serán “el caballito de batalla” de quien está aspirando a un cargo por elección popular. En sus campañas ofrecen de todo y para todos, pero ya en su cargo es muy poco lo que pueden cumplir, dado que es otra realidad la que se encuentran al frente una vez están posesionados. De esto no se escapan los aspirantes al cargo de presidente de la República, candidatos al congreso, ni mucho menos un gobernador o alcalde.
El tema específico a tratar es el desempleo visto desde la dinámica económica de la ciudad de Neiva. El alcalde electo en el 2015 y en ejercicio desde el primero de enero de este año, Rodrigo Armando Lara Sánchez, anunció con bombos y platillos en sus primeros días de gobierno: “Con el propósito de brindar alternativas para las personas desempleadas en la ciudad, se adelantarán medidas de choque que contemplan diferentes estrategias y proyectos para mitigar esta problemática debido a que la capital del Huila se encuentra entre las diez ciudades del país con más personas desocupadas” y continuó diciendo; “se realizará un trabajo en conjunto con el SENA, de jornadas de capacitación, para que los neivanos adquieran competencias laborales y de esta forma combatir el desempleo”.
Pero las cifras hoy demuestran que poco o nada se ha hecho; por lo menos no se ha visto en los resultados de las medidas (como es lógico visto desde la sensatez y sin engaños). Según el DANE, en Neiva para el trimestre de feb-abr de 2016 hubo 1.000 personas que consiguieron trabajo para un total de 155.000 ocupados. A pesar de estar por encima del indicador nacional, la ciudad tuvo menos desempleo que Armenia, Ibagué, Popayán, Villavicencio y Manizales, entre otras. Según este organismo en su informe mensual “Principales indicadores del mercado laboral” Neiva fue la ciudad 13 con mayor desempleo de las 23 capitales estudiadas. En cifras relativas, la capital del departamento tuvo una tasa de ocupación de 58,9 por ciento y una de desempleo de 11,4 por ciento en el periodo feb-abr de 2016. Esta última fue menor a la registrada por Quibdó (19,7%), Armenia (16,2%), Cúcuta (15,9%), Riohacha (14,8%), Ibagué (14,3%), Popayán (13,7%) y Villavicencio (13,0%), entre otras. De acuerdo con la entidad, de una población total en Neiva de 324.000 habitantes, el grupo poblacional en edad de trabajar llega a 264.000 personas y los económicamente activos son 176.000. Los individuos ocupados llegaron a 155.000 y los desocupados son solamente 20.000, una cifra similar a la de igual trimestre en 2015 —seguimos igual—.
Con todo lo anterior y buscando la solución al problema del desempleo, las medidas tienen y deben estar encaminadas a estrategias y proyectos serios, no a “promesas de cumbiambera”, ni a nada que se le parezca. Un proyecto serio hacia la reestructuración económica de la ciudad está entre el mediano y largo plazo (las medidas de choque son para resultado inmediato, por eso se llaman de choque, —en el tema del desempleo estas no existen— cualquier otra cosa diferente que se diga es mentira), el proyecto debe articularse con y para el sector privado. En Neiva no hay empresas (no confundir con pequeños negocios), y aquellos que se fueron volviendo empresa después de ser rentables en la industria del petróleo, dejaron de serlo por la crisis que vive el sector debido a los bajos precios del hidrocarburo. En términos de mano de obra, las pocas empresas existentes no van a aumentar su planta de personal, es más, con el uso de la tecnología la tendencia es a disminuir puestos de trabajo.
Las únicas grandes empresas que quedan son las administraciones municipal y departamental con sus diferentes dependencias, pero estos puestos de trabajo están reservados para unos pocos; para aquellos que fueron activistas de noche y de día en la campaña de quien ganó uno de estos cargos, para los apadrinados por el jefe político de quien logró el cargo, y otros más, con destino a la burocracia y sostenimiento de la cadena del clientelismo de la ciudad como del departamento (en la alcaldía y gobernación el ejercicio matemático da cero, entran unos y salen otros). Pero como dice la canción de “la universidad de la salsa” el gran Combo de Puerto Rico, “aquí no hay cama para tanta gente”, entonces serán muchos a quienes se les incumpla y por ende muchos los que seguirán alimentando las cifras del DANE como desempleados.
Como lo dije algún día, para dinamizar la economía regional se debe recurrir a políticas de estado, jalonadas por la bancada de congresistas del departamento, además de las políticas propias de la ciudad o región, lideraras por el alcalde o gobernador. Políticas que vayan encaminadas a ofrecer ventajas e incentivos para quienes creen nuevas empresas en la región, es decir, que generen nuevos empleos, esto se debe hacer como cuando una empresa está vendiendo sus productos o servicios, promocionándolos o incluyendo en su marketing el por qué debo cambiar o comprar el nuevo producto. En este caso porqué debo invertir o crear empresa en la región.
En ese orden de ideas, los gobernantes locales deben ofrecer incentivos sobre los impuestos con reducción de estos o con exenciones graduales, tales como el impuesto de industria y comercio, el predial, valorización y otros de este orden. Desde la Cámara de Representantes y el Senado, los congresistas Huilenses deben buscar que a estos, se les dé un trato especial a la carga impositiva o tributos del orden nacional que deben pagar estas nuevas empresas generadoras de empleo, esto se logra utilizando las herramientas especiales que otorga la constitución nacional en casos excepcionales, —y luego ¿es que en Neiva y el Huila no hay casos excepcionales?— no debemos olvidar que esta región es el centro de recibo o punto de concentración de todos los desplazados y/o desmovilizados de los grupos insurgentes que hay en el sur del país, en este caso las FARC.
Es el momento para que los congresistas hagan valer a sus representados, demostrando que están allí para promover ideas en beneficio de la región, es el momento, y ahora que se está hablando de la paz, para presentar un proyecto que vaya en beneficio de las regiones que fueron, son y serán afectadas tanto por la guerra como por la firma de la paz, un proyecto que mire hacia qué va a hacer la región con toda la carga de desempleados que va a generar el negocio del fin la guerra y la génesis de la paz, es el momento de mostrar un proyecto que vaya en pro de mitigar el desempleo.
Con las ventajas de impuestos del orden nacional, departamental y municipal, la región será un atractivo para que lleguen nuevas empresas y por consiguiente para la creación de nuevos puestos de trabajo (inclusive sostener los existentes). Con la generación de empleo se gana estabilidad familiar, el círculo dinámico permitirá que haya capacidad de ahorro, de inversión, que se pueda acceder a salud, vivienda y recreación; ganará desde el tendero de la esquina hasta el almacén de cadena. Por eso es que la ciudad debe adoptar un modelo gerencial de empresa privada, cautivador y atractivo para los nuevos inversionistas, por supuesto que habrá quien diga que las ventajas en impuestos que se den en la región como incentivo para estas empresas, no van a permitir que ingrese más dinero al municipio o departamento, pero se debe tener muy claro que el incentivo debe contemplar tasa diferencial entre las empresas que ya existen y las nuevas a crear o establecer, no se debe ocultar que disminuirán los flujos de caja que alimentan los presupuestos municipal y departamental, pero también se debe tener en cuenta que los ingresos que se disminuyen se compensarán con la dinámica económica que se generará en la región.
Si para disminuir el desempleo no se adoptan medidas serias, planeadas estratégicamente y con un modelo gerencial de verdad, verdad; “las estrategias del alcalde Lara Sánchez” y muchos, serán solo discursos de un candidato en pleno ejercicio de la función pública, que no pasarán de ser falsas promesas.
¡Hasta la próxima!
Por Ricardo Alonso Puentes
@ricapul
